ELISKA
Eliska:

el Presidente de México no está solo Desde que llegó a nuestro país, el Presidente francés Nicolás Sarkozy no ha tenido otra cosa que elogios para México.

En una entrevista conferida este fin de semana fue enfático al señalar que México NO es un "Estado Fallido".

Expresó profusos cumplidos, alabanzas y reconocimientos al Presidente Felipe Calderón por su valentía en su lucha contra los poderosos cárteles del narcotráfico.

Ambos mandatarios habrán de encontrarse este lunes.

Sarkozy ha anticipado que quiere redimensionar la importancia de la relación bilateral entre México y Francia.

Agrega que su gobierno está resuelto a convertir a México en un aliado y un socio comercial estratégico para afrontar la crisis global que tanto aflige a todos los países del planeta.

Sin embargo, se sabe que Sarkozy recurrirá a todo su arsenal diplomático, su sofisticación y poder de persuasión para tratar de convencer al presidente Felipe Calderón para que autorice la extradición de la francesa Florence Cassez, para que la joven sentenciada por la justicia mexicana a 60 años de prisión por el delito de secuestro, pueda ir a su país de origen a purgar lo que le resta de su pena.

El Jefe de Estado francés aludirá a un acuerdo bilateral ratificado por el Senado Mexicano, invocará la necesidad del mutuo entendimiento y, seguramente, ofrecerá algo suficientemente atractivo para presionar al gobierno mexicano.

Y es ahí donde todos los mexicanos tenemos que unirnos para, con una sola voz, hacer llegar de manera clara nuestro mensaje firme e inequívoco:

¡No a la impunidad, la justicia no se negocia y ni un paso atrás a la hora de castigar a los que tanto daño hacen a nuestra sociedad con los asaltos, la trata de personas, el narcotráfico y el secuestro!

Que Florence Cassez sea oriunda de una provincia del norte francés es irrelevante.


Cometió un gravísimo error al ser parte de la banda de secuestradores Los Zodíacos, aunque lo niegue y proclame su inocencia.


Durante el proceso penal en su contra, por lo menos cuatro personas que sufrieron sus maltratos la identificaron plenamente.


Evocaron, incluso, el costado sádico de la joven francesa que, en su otra vida “más normal”, se desempeñaba como Ejecutiva de Relaciones Públicas de un Grupo Hotelero.

Ahí era donde ella recababa información, se enteraba de aspectos reservados de clientes VIP y alimentaba su base de datos para, después, comunicárselo a su novio -líder de la banda- para luego juntos dar los zarpazos a sus víctimas.

Seguramente está enterado el Presidente Nicolás Sarkozy que hay "víctimas" de la secuestradora que no quieren que Florence abandone territorio mexicano y también seguramente sabe que Florence es, a todas luces, culpable, aunque ella no lo quiera admitir.


No se trata de un "linchamiento colectivo", aquí de lo que se trata es de cumplir y hacer cumplir la ley a toda costa sin intervención de influencias del más alto nivel, ni mucho menos se trata de liberarla por motivos políticos, electorales o económicos.


México es un país que necesita desesperadamente reestablecer la credibilidad en sus instituciones, en la fuerza de la ley, en la efectividad de las penas, en la aplicación del castigo a los que quebranten las normas, sin distingo de raza u origen.


El presidente Nicolás Sarkozy fue uno de los grandes ganadores de la liberación de la ciudadana colombiana-francesa, Ingrid Betancourt, que estuvo cautiva por las guerrillas de las FARC durante seis años y medio.

Pero su liberación no fue porque la mediación de Sarkozy o del presidente venezolano Hugo Chávez hubieran tenido éxito.

La ex-candidata a la Presidencia recuperó la libertad cuando la "Operación Jaque" orquestada por el ejército colombiano culminó con éxito.

Recordemos que, en esos días, el presidente Sarkozy hablaba sin tapujos condenando el grave crimen del secuestro.

Ahora, pareciera que durante su visita a México, el presidente francés anduviera buscando un golpe diplomático pero sobre todo político que aumentara las calificaciones de su popularidad en Francia, llevándose consigo a Florence Cassez de regreso a Francia, como se los ofreció a los padres de la condenada en un encuentro que sostuvo antes de partir para México.

No será fácil para el Presidente Calderón tener que decirle que no y, con buena cara, declinar la petición de su homólogo francés.

Pero el Presidente debe saber, de manera clara e inequívoca, que NO está solo.

Que los millones de mexicanos que luchamos por vivir en un México seguro, que creemos en el Imperio de la Ley, avalamos su firmeza y estamos con él, si se trata de rechazar la petición de Sarkozy.

México es un país en guerra y no podemos ceder ni un milímetro al enemigo.

Un traficante es un enemigo, un ladrón es un enemigo, una secuestradora es una enemiga, venga de donde venga. Nuestra lucha es contra la inseguridad y la corrupción.

El Presidente Calderón podrá dormir tranquilo y en paz con su conciencia después de decirle-escoja el estilo que tenga a bien- NO al Presidente de Francia, cueste lo que cueste, la ley y la justicia son primero.

En México no somos mercaderes de principios y el Presidente Calderón debe hacer entender esa verdad de manera contundente.

Solamente así, podremos seguir confiando en la palabra de nuestros gobernantes.

Solamente así, tendremos un asomo de certeza de que estamos recorriendo el sendero duro y sacrificado de re-fundación de la ética nacional.

El presidente Nicolás Sarkozy, por su parte, haría bien en recordar y leer algunas hojas de "Los Ensayos" de Montaigne, quien solía escribir sobre "el esplendor que debe haber en toda acción que nazca de la verdadera justicia".


Alejandro Martí
SOS